LAS RUEDAS DE INVIERNO

Aunque estamos a las puertas de la Semana Santa, y se supone que el tiempo tiene que ir mejorando poco a poco, en nuestras carretas se ve cada vez más nieve. Ya ha una gran cantidad de conductores que poco a poco ya tienen guardados su juego de ruedas especiales para circular sobre nieve o hielo, gomas que religiosamente cambian con la primera bajada de las temperaturas y que retiran después de Semana Santa.

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Cada temporal es habitual ver la imagen en televisión de coches atrapados en la nieve o automovilistas intentando poner las cadenas metálicas o luchando con encajar las fabricadas en lona. Las bajas temperaturas agarrotan las manos y estar agachados bajo la nevada no es una alternativa agradable, por eso una de las maneras de evitar estos problemas es optar por unos neumáticos de invierno.

Los expertos destacan varias claves por las que un conductor que viva en la montaña, en una localidad donde la nieve sea habitual o simplemente tenga que viajar habitualmente en invierno debería optar por este tipo de neumáticos, incluso llevándolos montado durante todo el año. Y es que con ellos se tiene también un agarre muy alto en los días de lluvia. Sus acanaladuras están pensadas para mejorar la evacuación del agua.

Dada la tecnología de los cauchos empleados, los fabricantes ya no desaconsejan utilizarlos durante el verano. Su comportamiento es similar a los de unas cubiertas normales. Sin embargo, algo si penalizan el consumo de combustible al dar más agarre.

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Pero donde demuestran todo su potencial es en invierno, sobre mojado, hielo o nieve y con temperaturas bajas. Su grado término hace que no sea necesario calentarlos para que agarren. Sus acanaladuras y pequeñas rebabas arañan el asfalto para sujetar el vehículo.

Pero es que, además, el precio de estas cubiertas está bajando. A medida que los conductores van probando este tipo de neumáticos y se convencen de sus cualidades, las ventas van aumentando y, por ello, comprar neumáticos de invierno resulta cada vez más asequible.

En todo caso y ante las nevadas previstas para los próximos días, es aconsejable llevar siempre las ruedas con la presión correcta. Ir con un exceso de presión equivaldría a restarles capacidad de agarre. Llevarlas con defecto de aire supondría un aumento del riesgo de sufrir un reventón e incluso de sacar la cubierta de la llanta.

Si no se disponen de cubiertas de invierno, siempre se pueden optar por las cadenas. Pero en caso de no disponer de ellas siempre se pueden alquilar. Las mismas empresas de alquiler de vehículos rentan cadenas por días. De manera que si hay que viajar por obligación o se quiere subir a esquiar a una estación de invierno, ya no hay excusa para quedarse tirado. Cadenas metálicas, de lona o neumáticos de invierno –los de clavos, en España, tienen poco uso- son aliados, incluso, para sacar el coche del barro la hierba.