No son todos los usuarios y no son toda la mayoría de los conductores. Pero si te paras a pensarlo en muchas ocasiones te puedes ver reflejado en los hábitos que te vamos a exponer. En Taller Simtec nos preocupamos por su seguridad y por el optimo estado de su vehículo. Para nosotros estas dos conceptos van unidos ya que si el coche esta en prefecto estado su seguridad es muy alta. Por eso vamos a exponerles una seria de conceptos en los que muchas veces no caemos y son al fin de cuentas hábitos adquiridos a los largo de los años de conducción. Que en muchas ocasiones no nos damos cuenta y pueden desembocar en averías grabes en nuestros coches.
Retrasar el mantenimiento
Siempre no se puede ir al taller cuando es necesario, ya sea por razones económicas o por falta de tiempo. Pero el mantenimiento de tu coche es vital para su longevidad. El mantenimiento regular incluye el cambio de aceite y los filtros, así como los líquidos. Cada fabricante del vehículo especifica una rutina de mantenimiento diferente, que puedes encontrar en el manual del propietario. O en tu libro de mantenimiento.
Conducir con neumáticos gastados o con mala presión
Como siempre hemos dicho en Simtec, los neumáticos forman una parte muy importante en la seguridad de nuestro coche. Y para nosotros la seguridad es los primero. Ya que si nos damos cuenta es el único punto de contacto que tenemos con el suelo.
Por eso no debes arriesgarte a circular con neumáticos gastados. Si revienta un neumático mientras conduces puedes perder el control de su vehículo y tener un accidente grave. Y si conduce un vehículo con llantas lisas en la lluvia, el riesgo de aquaplaning se multiplica.
Mirar la presión. Esta es unas de las cosas que en apenas cinco minutos podemos comprobar la presión de nuestros neumáticos con ello nos durarían más tiempo, evitando un desgaste de forma irregular, ni se deterioran antes de lo previsto y el coche gastará menos combustible.
Las luces de advertencia del tablero
Cuando un indicador se enciende en el tablero de instrumentos, es importante abordar el problema de inmediato. Si no sabes lo que significa la luz, compruebe el manual del propietario o llama a tu mecánico. Algunas luces de advertencia del salpicadero pueden alertarle a algunos problemas muy graves, como una fuga de refrigerante, que pueden hacer que el motor se sobre caliente. Una reparación preventiva a menudo evita que el problema vaya a mayores.
Limpiar el coche
Sin el cuidado y la atención apropiados, incluso la mejor pintura se volverá pálida y descolorida por la acción de contaminantes industriales y del tráfico o la lluvia ácida.
Hay situaciones en los que una limpieza es más importante, como cuando se circula por carreteras nevadas en las que hayan utilizado sal para evitar placas de hielo. Y en verano, es clave proteger el coche del sol de forma adecuada.
Realizar una conducción agresiva
Dar acelerónes no ayuda a ganar tiempo y tiene efectos negativos sobre tu coche. Se consume más, se calienta en exceso el motor y los neumáticos se desgastan. Este tipo de conducción no acabará con tu coche inmediatamente, pero hará que el motor, la transmisión y el sistema de frenos se deterioren mucho más rápidamente de lo previsto. Los coches que han sido abusados tendrán fugas de líquido prematuras, juntas rotas y otros problemas mecánicos. Y ni hablar de arrancar haciendo patinar las ruedas motrices. Es un gasto inútil de gasolina y de ruedas, además de que daña innecesariamente la transmisión, el embrague, la caja de cambios y el diferencial.
Evita también conducir con el motor a muchas revoluciones. Aumenta el consumo y puede provocar sobre régimen (pasar de vueltas al motor). Esto implica una reparación muy costosa. Esta conducción también castiga el embrague, la transmisión y la caja de cambios.
Conducir demasiado tranquilo
Hoy en día, los avances han hecho que podamos disfrutar de coches potentes con un elevado par motor. Debido a ello, es habitual viajar en marchas largas a muy pocas revoluciones… pensando en ahorrar combustible Pero a conducción eficiente puede dañar el coche si no la realizas de forma adecuada.
Por ejemplo, subir un puerto a bajas revoluciones en quinta o sexta puede resultar más perjudicial para el motor que el exceso de revoluciones. EL motivo es que la mecánica trabaja sin vueltas suficientes para llegar a su par máximo, donde se da la mejor relación consumo-potencia.
En el caso de los coches diésel esta conducción lenta puede afectar a la válvula EGR, que acumula más carbonilla y reduce su vida útil a la mitad, o el filtro de partículas (de ahí que el mantenimiento de los coches diesel sea más alto ). Los motores de gasolina tampoco son la panacea para esto, pues yendo muy despacio se daña el catalizador (que se convierte en un depósito de carbón)…
Además, cada vez es más común que monten turbo, una pieza fantástica… pero delicada (sobre todo si no se enfría convenientemente tras un viaje largo), para que el sistema de refrigeración y la propia circulación de aceite enfríen el turbo, lo que reduce el riesgo de avería en más de un 90%.
Arrancar el coche
Cuando arrancas el coche por las mañanas, sobre todo en invierno, calentar el motor con fuertes acelerones es una mala idea. El aceite y los componentes aún no han alcanzado la temperatura ideal… y al estar menos protegidos acelerarán el desgaste en el motor del vehículo.
Te recomendamos que cuando arranques el coche en frío te esperes unos segundos para que el aceite llegue al circuito y luego acelera siempre de manera progresiva.
Abusar del embrague
El embrague es uno de los elementos más castigados del automóvil. Como funciona por fricción, sufre desgaste cada vez que se pisa. Por eso no hay que apoyar el pies en él sin necesidad (se produce un sobreesfuerzo que afecta al disco y a todas las piezas que actúan sobre él).
Apoyarse en la palanca del cambio
Otra mala costumbre es utilizar la palanca de cambios como apoyabrazos. Sin saberlo, estás presionando los mecanismos internos del cambio, lo que desgasta y provoca holguras en sincronizadores, rodamientos… A largo plazo se traduce en vibraciones y que el engranaje de las marchas sea más impreciso. Ya sabes, usa la palanca solamente para cambiar de marcha… y mejor hazlo con suavidad. Y en cambios automáticos, nunca intentes arrancar empujándolo, ni circules en punto muerto. Solamente conseguirás estropearlo.
Abusar de los frenos demasiado… o no hacerlo
Pisar el pedal del freno demasiado tiempo puede acelerar el desgaste de los discos y pastillas, deformar los discos, que se creen vibraciones en el volante al frenar y deteriorar el líquido de frenos, haciendo que el sistema de frenos sea menos resistencia a la fatiga.
Si en cuestas pronunciadas a veces abusamos demasiado de los frenos, a la hora de enfrentarnos a un badén muchas veces no lo hacemos.
Mover la dirección con el coche parado
Evita manipular la dirección con el coche parado. Piensa en que, como poco, sobre neumáticos, ruedas y suspensión hay una tonelada de peso… las gomas pueden deformarse y las suspensiones desequilibrarse, con rodamientos dañados. Además, puedes desgastar la cremallera de la dirección, con lo que la conducción sufrirá holguras. Cierto es que ahora la gran mayoría de los coches cuentan con dirección asistida, en los que este problema no es tan grave… pero en ellos no deberías nunca girar el volante hasta el límite. Si lo haces fuerzas el mecanismo (la bomba de la dirección pica en vacío) y se estropeará antes.
Conducir con el coche en reserva
Sí, tu coche es capaz de moverse con menos de cinco litros de combustible en el depósito, pero no le gusta nada a la bomba de combustible. Este elemento (en automóviles con inyección electrónica) está sumergido en el tanque, por lo que debe habar combustible suficiente para garantizar la lubricación y el enfriamiento de la bomba. Así que procura que el coche no circule en reserva, ya que la bomba puede quedar desprotegida.
¿ Se han visto reflejados?, en Talleres Simtec Si nos hemos visto reflejados en estos “malos” hábitos. Por ello aconsejamos a nuestros amigos que no sean como nosotros y que intenten como hacemos nosotros en mejorar nuestras conducción y la seguridad de nuestro automóvil.