AJUSTAR LOS RETROVISORES Y EVITAR ANGULOS MUERTOS

Los espejos retrovisores, junto con las superficies acristaladas del vehículo, son los elementos que nos permiten obtener información visual y de manera constante durante la conducción. De ahí, la importancia del ajuste de los retrovisores y limpieza exterior de los mismos para conseguir la visibilidad necesaria y evitar sorpresas ante la toma de maniobras que requieran una decisión rápida y adecuada como un adelantamiento, desplazamiento lateral o cambio de carril. Por eso en Talleres Simtec nos queremos hacer eco de un artículo publicado hace unos años por la Sociedad de Ingenieros del Automóvil en Estados Unidos nos indica que si cambiamos la forma tradicional de colocar los espejos por una nueva forma de regular los retrovisores exteriores, cambiando su orientación de manera que veamos a los vehículos que nos sigan, así como otros que intenten adelantarnos por el carril más próximo, conseguiremos evitar los puntos ciegos o, mal llamados, ángulos muertos. Pero, veamos más detalles…

Una nueva forma de ajuste sobre los retrovisores

A día de hoy, existen sistemas para evitar el ángulo muerto de los espejos pero no todos los usuarios los conocen, bien porque el coche ya tiene unos años y no existían por entonces o porque en su momento no incluimos dicho extra en la compra del vehículo. Se trata de sistemas de detección de ángulo muerto como, por ejemplo, el BLIS, capaz de detectar la presencia del vehículo que nos pretende superar y avisarnos mediante una señal acústica o luminosa. No obstante, si nuestro coche no dispone de alguno de estos sistemas de detección de presencia en el ángulo muerto que dejan los retrovisores, podemos solucionarlo con una nueva orientación sobre los espejos exteriores, aplicándoles un ajuste de 15 grados aproximadamente hacia el exterior para seguir viendo a los vehículos que nos sigan y que perdemos de vista por el retrovisor interior, tal y como nos explican con estas ilustraciones:

Lo que se propone para ampliar la visión y eliminar las zonas no visibles, (en concordancia con el texto incurso en la ilustración), sería lo siguiente: desde la correcta posición del conductor (en el vehículo azul de la ilustración de arriba), abrir los espejos retrovisores exteriores todo lo que podamos desde el interior hacia el exterior y hasta que no se vea nada de la carrocería del vehículo (ver: fig. 1 y fig. 4) para dar más cobertura de visión a los márgenes laterales; es decir, todo lo contrario a lo que nos enseñaron en su día con la técnica de mantener visible en las esquinas interiores de los espejos los dos puntos de referencia: nuestro vehículo y el otro (ver: fig. 2 y fig. 5), función ésta última que realiza el espejo retrovisor interior (ver: fig. 3) de forma permanente.

Ajustar los espejos retrovisores, paso a paso

Pues bien, para utilizar ésta técnica de ajuste sobre los espejos retrovisores y llevar a cabo las secuencias descritas en la ilustración de arriba es conveniente seguir estos pasos:

Paso 1. Comienza colocando tu espejo retrovisor interior tal como lo harías normalmente.

Paso 2. Luego, inclina tu cabeza hacia la izquierda hasta que toque la ventanilla del conductor. Desde esa posición, ajusta tu retrovisor izquierdo de forma que puedas ver la esquina trasera de tu coche.

Paso 3. Ahora, inclínate con el mismo ángulo hacia el otro lado, y pon tu retrovisor lateral derecho de la misma forma.

Una vez hecho esto y llevado a la práctica, durante la conducción, se podrá observar que cuando un vehículo se aproxima por detrás, debemos verlo a través del espejo retrovisor interior y si el mismo vehículo cambiase de carril, iría desapareciendo del retrovisor interior para verse de forma instantánea en el retrovisor exterior. No obstante, para comprobar si lo hemos hecho bien, la visión del vehículo que nos sigue y adelanta no sufriría en su desplazamiento ningún retraso en la aparición de un retrovisor a otro. Es decir, no se perdería de vista en ningún momento la imagen del vehículo que nos sigue.

Como conclusión al estudio llevado a cabo por los técnicos y seguidores de ésta técnica es que lleva cierto tiempo acostumbrarse a conducir con los espejos colocados de esa forma porque hay que aprender a fijarse primero en el retrovisor interior y después observar lo que muestran los retrovisores exteriores. La diferencia de visibilidad que existe con la forma tradicional de ajuste de los retrovisores, radica en que con ésta nueva técnica los retrovisores exteriores dejan de cubrir una zona que ya está cubierta por el retrovisor interior con lo cual desaparecen las zonas no visibles y, por tanto, los ángulos muertos.